Hoy miércoles 25 de Noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. No hay que olvidar que esta violación de los derechos humanos la han sufrido (y sufren) una de cada tres mujeres en el mundo, ya sea a nivel psicológico, físico o sexual. Este es un problema de todos, de mujeres y de hombres, de cualquier clase social, cultura, ideología o, religión.
No sólo queremos recordar a estas 93 mujeres asesinadas en España en 2015, hay otras víctimas que viven una muerte silenciosa cada día en sus hogares, mujeres que sufren cualquier tipo de violencia física, psicológica o sexual, mujeres que, en muchos de los casos, no son ni siquiera conscientes de estar sufriendo esa situación porque quizás sigan creyéndose culpables, o justifiquen a su agresor, o crean que la situación puede cambiar cada vez que él se arrepiente, o le promete que no va a volver a pasar; son mujeres atrapadas en la telaraña del amor posesivo y dependiente
Aunque ahora, más que nunca, existen medidas legales para dar solución al problema del maltrato en el ámbito familiar, debemos reflexionar y preguntarnos qué es lo que sigue fallando para que el número de víctimas continúe aumentando cada año. Se puede acabar con esta gran lacra mediante la concienciación social, una educación inclusiva basada en el modelo socio-afectivo, promoviendo la eficacia plena y renovación de leyes, invirtiendo más recursos para la protección y reinserción de mujeres maltratadas, con la creación de organismos especializados, rompiendo las falacias que se vierten sobre las víctimas, rechazando los esquemas sociales patriarcales y las formas de neomachismo… Todavía queda mucho por hacer.
El 20,8% de las mujeres asesinadas por violencia machista eran menores de 30 años, este problema estructural está manifestándose cada vez de forma más temprana en la sociedad española, según datos del Consejo de Juventud de España (CJE). Las campañas de concienciación social son insuficientes si no se promueven valores paritarios desde edades tempranas.
Este año ya llevamos 93 feminicidios a manos de sus parejas, y cada vez se registran más casos de asesinatos contra los hijos como forma de ataque a la mujer. Un 91% de las víctimas de violencia machista reconoce no haber denunciado debido a la crisis, lo que explica el descenso de denuncias que se ha producido durante los últimos años, según la Fundación Adecco. A su vez, un 65% de las mujeres se encontraba sin empleo cuando se produjo el ataque sexista, y un 81% considera que la ocupación laboral es fundamental para poderse emancipar de su relación conflictiva y empezar una nueva vida.
El machismo no son sólo asesinatos. El sistema patriarcal está arraigado en muchos sectores de nuestra sociedad y se ha normalizado. Hoy en día, las mujeres españolas cobran un 23,9% menos que los hombres por el mismo trabajo. Sólo 18,6% ocupa altos cargos laborales como consejeras administrativas de empresas. Y un 95% de las personas que se encuentran fuera del mercado laboral por dedicarse a cuidados familiares son mujeres.
Debemos pararnos y sentir que cada muerte, cada acto violento nos hace a todos y a todas vulnerables. No debemos quedarnos impasibles ni cerrar los ojos al horror.
Hoy y siempre, Cabezón de Pisuerga, quiere decir ¡BASTA YA!”