El tradicional descenso no pudo realizarse al completo el año pasado por el derrumbe de parte del puente / Más de 70 personas recorrieron más de dos kilómetros por el río hasta la explanada, donde se celebró el Concurso de Paellas

Cabezón de Pisuerga finalizó ayer sus fiestas patronales con la tradicional bajada en balsa por el río Pisuerga. Una jornada que no pudo desarrollarse en su totalidad el año pasado, cuando el recorrido por el río se acortó de los más de 2 kilómetros a un tramo de 400 metros. «A causa de las obras en el puente no se creyó conveniente pasar por debajo y tuvo que realizarse el recorrido a partir de ahí», explicó el alcalde, Arturo Fernández.

Se recupera así una de las tradiciones más identificativas del municipio, después del derrumbe de parte del puente, en la que participaron ayer más de 70 personas en un total de 14 balsas.

La gran mayoría fueron peñistas, pero «es un evento en el que también pueden participar familias», aclaró Fernández, quien destacó que es «un día de hermandad entre peñistas y los vecinos», en el que también se ha recuperado otra tradición, el Concurso de Paellas.

La Peña Los Añejos fue la mejor de la jornada culinariamente hablando. Al concurso, celebrado en la ‘meta’ de la bajada del río, se presentaron siete paellas de las que comieron unas 400 personas.

El alcalde recordó los orígenes de ambas tradiciones, que buscan «pasar un día diferente en la ribera del río», donde «se hacen juegos, hay música para niños y pinta caras», entre otros. «La bajada lleva realizándose unos 20 años, porque a una peña se le ocurrió un año bajar el río con flotadores. Desde entonces a la gente le gustó y se ha convertido en una tradición» en el último día de fiestas que ayer finalizaron con una dulce chocolatada para unas 300 personas en la plaza de la Concordia y posteriormente la traca fin de las fiestas.